Caracterización: análisis de personajes
Personaje principal
Temple
Grandin, el personaje principal de esta historia, es autista, originaria de
Boston, Massachusetts, Estados Unidos de América. Una niña que gracias al apoyo de su entorno, familia y
profesores y al
estímulo de su máquina “de dar abrazos”, rompe con las barreras del mundo autista, hacia una vida social e
intelectualmente brillante. Temple se caracteriza físicamente por ser de piel
blanca, cabello castaño rubio, ojos verdes y de contextura delgada.
Modelo de máquina "de dar abrazos" de Temple Grandin |
Muchos
de los rasgos de su personalidad son producto del autismo, como por ejemplo la
falta de contacto visual, gestual o verbal para establecer relaciones
interpersonales (principalmente en su niñez y durante la adolescencia). Temple no permite el contacto físico con las demás personas, se aísla
de las relaciones sociales (la gente la hace sentir incómoda) y no permite que
la abracen como muestra de cariño, ni siquiera soporta que la toquen, siente
temor o rechazo al abrazo. De manera que el desencadenante de esta aversión
hace que se aleje y la forma de afrontarlo es la evitación (Bisquerra, 2001).
Es gracias a su máquina “de dar abrazos”, que la autoestimulación la ayuda a
ser más sociable. Ella
necesita sentirse segura en su entorno (si se cambia algún objeto o detalle de
identificación consigo misma, inmediatamente se siente amenazada). Lo cual
quiere decir, que en “la valoración se integran dos conjuntos de variables
antecedentes (personalidad y ambiente) en una relación significativa basada en
lo que acontece para el bienestar personal” (Bisquerra, 2001, p.69).
Temple
no logra hablar hasta los cuatro años de edad, Gardner (1983, citado por Pérez
y Beltrán, 2006) expresan al respecto…
De acuerdo con las investigaciones neurológicas,
diferentes tipos de aprendizaje cristalizan en conexiones sinápticas en
diferentes partes del cerebro, de manera que un daño en el área de Broca se
traduce en la pérdida de la capacidad para la comunicación verbal, pero no
elimina la capacidad para la comprensión sintáctica. Pero, la cultura también
juega un papel importante en el desarrollo de la inteligencia (p.150)
Como
parte de sus rasgos emocionales, no soporta los ruidos fuertes o agudos, los
movimientos bruscos o rápidos (especialmente de objetos que considera
amenazadores: la perturban y asustan mucho); cualquier estímulo nuevo o
relacionado con un elemento visual negativo, tiende a asustarla y reacciona
emocionalmente a aquello que considera una amenaza, como cualquier otro
individuo. Pero, generalmente sus miedos son irracionales, “referidos a
supuestos peligros imaginarios” (Bisquerra, 2001, p.101) y “la forma más
habitual de afrontar el miedo es la huida o evitación de la situación
peligrosa” (Bisquerra, 2001, p.102). Sin embargo, los ataques de pánico corresponden
a uno de los estados emocionales más frecuentes que presenta, éstos “son
provocados en un contexto específico” (Bisquerra, 2001, p.65).
Singularmente,
Temple sufre un episodio emocional cada vez que tiene que enfrentar y/o
experimentar cambios/aversiones en su vida, ya sea por causas académicas,
personales o de adaptabilidad al entorno; “un suceso determinado puede hacer
sentir una multiplicidad de emociones, que a veces se confunden y son vividas
como una sola. Pueden durar días o incluso semanas” (Bisquerra, 2001, p.67).
Éstas “se producen por sensopercepciones, ideas o recuerdos y tienen tres
componentes básicos: fisiológico, cognitivo y conductual” (Martínez- Otero,
2007, p.58).
Para quiénes no
pueden entenderla, resulta una niña retraída, sin darse cuenta que detrás de su
silencio o aparente falta de atención, se esconde una persona capaz de
reconocer y relacionar cada imagen que haya visto y analizarla; de modo que
para Gardner (2005b, citado por Pérez y Beltrán, 2006), “cualquier actividad
humana inteligente demuestra que en su ejecución se activan todas las
inteligencias” (p.148). Es curiosa, explora a fondo un artefacto conforme su
interés; es intuitiva, impulsiva, sumamente observadora y analítica. Asimismo,
se identifica con los animales y tiene
facilidad para comprender lo que sienten, es sensible ante ellos. Por
otra parte, en el plano del manejo intelectual, trabaja con cosas concretas,
piensa en imágenes y las conecta; esto le otorga seguridad en sus pensamientos
y conocimientos adquiridos en los procesos de aprendizaje.
Aprende a partir de
lo que observa (método natural de investigación), siendo capaz de inventar y
construir artefactos novedosos con su ingenio. Baker (1950, citado por Pacheco,
2003) lo expone según diversos autores…
Woodworth coincide con Binet al definir la
inteligencia como retentividad; la indica como la habilidad para utilizar
hechos y actividades adquiridas, adaptándolas de forma inmediata a situaciones
nuevas, por curiosidad, por interés y por deseo de saber sobre las cosas y por
persistencia. (p.18)
La
condición intelectual de Temple encaja especialmente, con dos de los ocho
criterios señalados por Gardner para determinar una inteligencia, especificados
a continuación por Gardner (2005b, citado por Pérez y Beltrán, 2006):
2. La existencia de individuos prodigio, sabios y
superdotados. Estos individuos permiten que la inteligencia sea observada de
forma relativamente aislada.
8. Susceptibilidad para codificar en un sistema
simbólico. Códigos tales como lenguaje, aritmética, mapas y expresión lógica, entre
otros, revelan los importantes componentes de las inteligencias respectivas.
(p.150)
A
Temple su inteligencia le permite resolver problemas al buscar las soluciones
observando, analizando para caracterizar y comprender, y finalmente para
realizar cambios y/o tomar decisiones. Con una memoria fotográfica increíble,
razonamiento deductivo e inductivo sobresalientes, potencializa habilidades de
múltiples inteligencias, relacionando imágenes. “Lo central está aquí en la
opción de elevar a la categoría de inteligencia un conjunto variado de
capacidades” (Amarís, 2002, p.32). Adicionalmente, Temple transfiere la
resolución de su análisis al proceso de internalización, según muestra la
película. Vygotsky (1978, citado por Pérez y Beltrán, 2006), explica que “a
medida que las experiencias se vayan sucediendo, el niño irá comprendido el
significado social de la acción culturalmente mediada. El proceso de
internalización de un niño es el resultado de una larga serie de sucesos
evolutivos” (p.157). Gracias a su pensamiento visual muy desarrollado, puede
experimentar lo que visualiza antes de realizarlo; factor que fue determinante
en el éxito de sus proyectos científicos y/o ganaderos.
Sobre
las múltiples habilidades cognoscitivas que muestra Temple y su capacidad
intelectual, Gardner (1995, p.33, citado por Pacheco, 2003) indica:
Una inteligencia implica la habilidad necesaria para
resolver problemas o para elaborar productos, que son de importancia en un
contexto cultural o en una comunidad determinada. La capacidad para resolver
problemas permite abordar una situación en la cual se persigue un objetivo, así
como determinar el camino adecuado que conduce a dicho objetivo. La creación de
un producto cultural es crucial en funciones como la adquisición y la
transmisión del conocimiento o la expresión de las propias opiniones o
sentimientos.
Los problemas por resolver van desde crear el final
de una historia hasta anticipar un movimiento de “jaque mate” en ajedrez. Los productos
van desde teorías científicas hasta composiciones musicales. (p.21)
Referencias
Amarís, M.
(2002). Las múltiples inteligencias. Psicología desde el Caribe
(10). Baranquilla, Colombia: Universidad del Norte. Recuperado el 26 de
septiembre del 2011 http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=21301003
Bisquerra, R. (2001). Educación
emocional y bienestar (1era reimpresión de la 2a ed.). Madrid, España: CISS
Praxis.
Martínez- Otero, V. (2007). La
inteligencia afectiva. Madrid, España: CCS.
Pacheco, V. (2003). La inteligencia y
el pensamiento creativo: aportes históricos en la educación [Versión electrónica], Educación 27(1), 17-26. Recuperado el 30
de octubre del 2011 de http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=44027103&iCveNum=8670
Pérez, L., y Beltrán, J. (2006). Dos
décadas de «Inteligencias Múltiples»: implicaciones para la psicología de la
educación [Versión electrónica], Papeles del Psicólogo, 27(3), 147- 164.
Recuperado el 30 de octubre del 2011 de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=77827304
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