miércoles, 2 de noviembre de 2011

Caracterización: análisis de personajes

Personaje principal 


Temple Grandin, el personaje principal de esta historia, es autista, originaria de Boston, Massachusetts, Estados Unidos de América. Una niña que gracias al apoyo de su entorno, familia y profesores y al estímulo de su máquina “de dar abrazos”, rompe con las barreras del mundo autista, hacia una vida social e intelectualmente brillante. Temple se caracteriza físicamente por ser de piel blanca, cabello castaño rubio, ojos verdes y de contextura delgada.
Modelo de máquina "de dar abrazos" de Temple Grandin
Muchos de los rasgos de su personalidad son producto del autismo, como por ejemplo la falta de contacto visual, gestual o verbal para establecer relaciones interpersonales (principalmente en su niñez y durante la adolescencia). Temple no permite el contacto físico con las demás personas, se aísla de las relaciones sociales (la gente la hace sentir incómoda) y no permite que la abracen como muestra de cariño, ni siquiera soporta que la toquen, siente temor o rechazo al abrazo. De manera que el desencadenante de esta aversión hace que se aleje y la forma de afrontarlo es la evitación (Bisquerra, 2001). Es gracias a su máquina “de dar abrazos”, que la autoestimulación la ayuda a ser más sociable. Ella necesita sentirse segura en su entorno (si se cambia algún objeto o detalle de identificación consigo misma, inmediatamente se siente amenazada). Lo cual quiere decir, que en “la valoración se integran dos conjuntos de variables antecedentes (personalidad y ambiente) en una relación significativa basada en lo que acontece para el bienestar personal” (Bisquerra, 2001, p.69).

Temple no logra hablar hasta los cuatro años de edad, Gardner (1983, citado por Pérez y Beltrán, 2006) expresan al respecto…

De acuerdo con las investigaciones neurológicas, diferentes tipos de aprendizaje cristalizan en conexiones sinápticas en diferentes partes del cerebro, de manera que un daño en el área de Broca se traduce en la pérdida de la capacidad para la comunicación verbal, pero no elimina la capacidad para la comprensión sintáctica. Pero, la cultura también juega un papel importante en el desarrollo de la inteligencia (p.150)

Como parte de sus rasgos emocionales, no soporta los ruidos fuertes o agudos, los movimientos bruscos o rápidos (especialmente de objetos que considera amenazadores: la perturban y asustan mucho); cualquier estímulo nuevo o relacionado con un elemento visual negativo, tiende a asustarla y reacciona emocionalmente a aquello que considera una amenaza, como cualquier otro individuo. Pero, generalmente sus miedos son irracionales, “referidos a supuestos peligros imaginarios” (Bisquerra, 2001, p.101) y “la forma más habitual de afrontar el miedo es la huida o evitación de la situación peligrosa” (Bisquerra, 2001, p.102). Sin embargo, los ataques de pánico corresponden a uno de los estados emocionales más frecuentes que presenta, éstos “son provocados en un contexto específico” (Bisquerra, 2001, p.65).
Singularmente, Temple sufre un episodio emocional cada vez que tiene que enfrentar y/o experimentar cambios/aversiones en su vida, ya sea por causas académicas, personales o de adaptabilidad al entorno; “un suceso determinado puede hacer sentir una multiplicidad de emociones, que a veces se confunden y son vividas como una sola. Pueden durar días o incluso semanas” (Bisquerra, 2001, p.67). Éstas “se producen por sensopercepciones, ideas o recuerdos y tienen tres componentes básicos: fisiológico, cognitivo y conductual” (Martínez- Otero, 2007, p.58).

Para quiénes no pueden entenderla, resulta una niña retraída, sin darse cuenta que detrás de su silencio o aparente falta de atención, se esconde una persona capaz de reconocer y relacionar cada imagen que haya visto y analizarla; de modo que para Gardner (2005b, citado por Pérez y Beltrán, 2006), “cualquier actividad humana inteligente demuestra que en su ejecución se activan todas las inteligencias” (p.148). Es curiosa, explora a fondo un artefacto conforme su interés; es intuitiva, impulsiva, sumamente observadora y analítica. Asimismo, se identifica con los animales y  tiene facilidad para comprender lo que sienten, es sensible ante ellos. Por otra parte, en el plano del manejo intelectual, trabaja con cosas concretas, piensa en imágenes y las conecta; esto le otorga seguridad en sus pensamientos y conocimientos adquiridos en los procesos de aprendizaje. 
Aprende a partir de lo que observa (método natural de investigación), siendo capaz de inventar y construir artefactos novedosos con su ingenio. Baker (1950, citado por Pacheco, 2003) lo expone según diversos autores…

Woodworth coincide con Binet al definir la inteligencia como retentividad; la indica como la habilidad para utilizar hechos y actividades adquiridas, adaptándolas de forma inmediata a situaciones nuevas, por curiosidad, por interés y por deseo de saber sobre las cosas y por persistencia. (p.18)

La condición intelectual de Temple encaja especialmente, con dos de los ocho criterios señalados por Gardner para determinar una inteligencia, especificados a continuación por Gardner (2005b, citado por Pérez y Beltrán, 2006):

2. La existencia de individuos prodigio, sabios y superdotados. Estos individuos permiten que la inteligencia sea observada de forma relativamente aislada.
8. Susceptibilidad para codificar en un sistema simbólico. Códigos tales como lenguaje, aritmética, mapas y expresión lógica, entre otros, revelan los importantes componentes de las inteligencias respectivas. (p.150)

A Temple su inteligencia le permite resolver problemas al buscar las soluciones observando, analizando para caracterizar y comprender, y finalmente para realizar cambios y/o tomar decisiones. Con una memoria fotográfica increíble, razonamiento deductivo e inductivo sobresalientes, potencializa habilidades de múltiples inteligencias, relacionando imágenes. “Lo central está aquí en la opción de elevar a la categoría de inteligencia un conjunto variado de capacidades” (Amarís, 2002, p.32). Adicionalmente, Temple transfiere la resolución de su análisis al proceso de internalización, según muestra la película. Vygotsky (1978, citado por Pérez y Beltrán, 2006), explica que “a medida que las experiencias se vayan sucediendo, el niño irá comprendido el significado social de la acción culturalmente mediada. El proceso de internalización de un niño es el resultado de una larga serie de sucesos evolutivos” (p.157). Gracias a su pensamiento visual muy desarrollado, puede experimentar lo que visualiza antes de realizarlo; factor que fue determinante en el éxito de sus proyectos científicos y/o ganaderos.
Sobre las múltiples habilidades cognoscitivas que muestra Temple y su capacidad intelectual, Gardner (1995, p.33, citado por Pacheco, 2003) indica:

Una inteligencia implica la habilidad necesaria para resolver problemas o para elaborar productos, que son de importancia en un contexto cultural o en una comunidad determinada. La capacidad para resolver problemas permite abordar una situación en la cual se persigue un objetivo, así como determinar el camino adecuado que conduce a dicho objetivo. La creación de un producto cultural es crucial en funciones como la adquisición y la transmisión del conocimiento o la expresión de las propias opiniones o sentimientos.
Los problemas por resolver van desde crear el final de una historia hasta anticipar un movimiento de “jaque mate” en ajedrez. Los productos van desde teorías científicas hasta composiciones musicales. (p.21)



Referencias


Amarís, M. (2002). Las múltiples inteligencias. Psicología desde el Caribe (10). Baranquilla, Colombia: Universidad del Norte. Recuperado el 26 de septiembre del 2011 http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=21301003

Bisquerra, R. (2001). Educación emocional y bienestar (1era reimpresión de la 2a ed.). Madrid, España: CISS Praxis. 

Martínez- Otero, V. (2007). La inteligencia afectiva. Madrid, España: CCS. 

Pacheco, V. (2003). La inteligencia y el pensamiento creativo: aportes históricos en la educación [Versión electrónica], Educación 27(1), 17-26. Recuperado el 30 de octubre del 2011 de http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=44027103&iCveNum=8670

Pérez, L., y Beltrán, J. (2006). Dos décadas de «Inteligencias Múltiples»: implicaciones para la psicología de la educación [Versión electrónica], Papeles del Psicólogo, 27(3), 147- 164. Recuperado el 30 de octubre del 2011 de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=77827304









 





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